La idea básica que atraviesa la historia moderna y el liberalismo moderno
es que el público debe ser marginado. El público en general es visto no más que
como excluidos ignorantes que interfieren, como ganado desorientado.
Noam Chomsky[1]
Tenemos a Borges que aprendió a leer en ingles y también
tenemos a un Roberto Arlt que no termino la primaria. Hoy me voy a quedar con
la persona de las aguafuertes, porque él ha marcado un disparador muy
importante en este fabuloso arte llamado literatura. Igualmente esto no va a
afectar mi más sublime respeto para con la erudición del señor Jorge Luis
Borges, es por eso que voy a recalcar y recomendar, un libro de cuentos de Bioy
Casares y Borges, que se llama “Nuevos cuentos de H. Bustos Domecq”.
Elegí comenzar subrayando esto, porque quiero resaltar que
Arlt me ha llevado a trasladar su estética poética a Aldo Bonzi, es decir me
cuesta no ver imágenes en Bonzi que seguramente él haya podido usar como
escenarios de sus obras. “El barrio” tiene unos magníficos pasajes literarios
que me conducen a decir que el autor apropiado para describirnos hubiese sido
el señor de las aguafuertes. ¿Por qué no, el túnel como una imagen de un film
ambientada en la época de oro? ¿Por qué no, la estación de tren y su parador al
paso para sentarse a tomar una cerveza e imaginar un posible escenario para
alguna novela? Por eso desde aquí les voy a gritar, ¡Aldo Bonzi tiene poesía!
Es simplemente darle una vuelta de tuerca a nuestra mente y no creernos los
orilleros de Palermo, sino saber que estamos en un barrio pura cepa. Todavía no
descreo de esta fuente inspiradora que tiene nuestro Bonzi, es posible que haya
algún discepolin rondando por la nocturnidad, pensando y escribiendo.
Las palabras no se agotan, tan solo se chocan porque cuando
quieren describir la belleza de nuestras calles no entran todas juntas en una
oración, las metáforas hacen cola cuando uno abre los sentidos y camina
perceptivo. Hay lugar para todos, solamente es necesario que creamos e incentivemos
nuestro lugar de hábitat. Es necesario que haya un espacio para el teatro o
para el cine, no tenemos un centro cultural y tampoco nadie que quiera
invertir, es más fácil hacer la vista gorda con eso.
¿Alguna vez creímos que nuestro barrio podría llegar a ser
un estandarte cultural en La Matanza o un lugar visitado por sus cautivantes
propuestas en el arte? Mucha gente debe tener cosas que exponer y no encuentra
el espacio, hay que incentivar a esas personas a que provean y enriquezcan
nuestra hermética cultura. ¿Hay lugares para la lectura pública, es decir hay una
biblioteca con las características propiamente dichas? Ah no ya sé, para eso
nos tenemos que trasladar a la capital federal, me había olvidado. No nos
dejemos engañar con falsas felicidades, tenemos todo para ser un lugar con más
propuesta. ¿Quién se encarga de nosotros como habitantes? ¿Por qué la
indiferencia, con estos temas?
Me parece que es algo para pensar… No se puede seguir
creyendo en el mito de que otro ya lo va hacer por nosotros, hay que sacar de
su lugar las posiciones mistificadas (naturalizadas) y ponerlas a la orden de
una fuerza que supere todo posicionamiento irrevocable. Esta orden son las
ideas contraculturales de nuestros habitantes.
[1]
Lingüista, filósofo, activista y analista
político estadounidense, fundador de la gramática generativa.
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