sábado, 25 de octubre de 2014

Cinco en busca de un disco



"Se suicidó, era el mayor intelectual que he conocido, y dejó una nota que decía "salgo por la ventana"".

Woody Allen





Hoy fuimos a seguir con el trabajo de edición del disco. Estábamos los cinco pegados a la consola, atentos a los sonidos y a todo lo que pasaba cada vez que la pista se disparaba. Saca esto, pone lo otro, este arreglo va, este no, en este tema va la guitarra limpia, en este otro va bodrio y tantas cosas más que jamas hubiese imaginado estar haciendo con amigos.
Cinco años de peleas (bastante fuertes), pero la relación sigue firme al pié del cañón y la consigna está más que vigente, de hecho es el centro de la cuestión: me refiero al grupo humano que se logró en todo este tiempo, donde vivimos muchas cosas. No quiero irme por las ramas, acá la cuestión es que nuestra manifestación paternal viene con música y una caja de plástico. Por supuesto que va a tener nombre pero en el libro de nombres no hay ninguno que nos guste, así que optamos por que cada uno traiga nombres y se elija cual va a quedar. Después veremos que pasa en el registro, cuando vayamos a anotarlo. Por el momento el embarazo marcha bien y sano. Todos cuidamos de esa gran madre que nos abraza en los momentos más difíciles y nos saca adelante con mucha fuerza. En su panza lleva diez canciones que fueron y son la matriz de un vinculo que se ha podido expandir a través de las melodías. 
Es placentero recordar el momento de nuestro primer encuentro. Tanto hablar de lo fabuloso que sería, por fin logramos concretar todas esas ganas con la inocencia de empezar. En el garage, ese primer mes, salieron tres canciones seguidas y todos estábamos navegando por la lujuria de mirarnos las caras y reconocernos en lo que estábamos haciendo. Fue el momento más pleno, las voluntades se chocaban entre sí y esa pelota de sonido empezó a formar una identidad, una forma de hacer. 
Es el día de hoy que sigue siendo así: pelota de sonido con pocas ganas de bajar la guardia y el refugio de cinco personas en permanente interpretación, pero con el riesgo de que Manzanitas nos pegue una patada en el culo si traicionamos los paladares.