domingo, 17 de agosto de 2014

Donde conviven los libros y la música


"No llores niño, no tengo la culpa de ser feo"
Futbol





Si las novedades no avanzan, habrá que salir a buscar ese halo de esperanza. Muchas veces no todo debe tratarse de un triunfo, sino más bien de acompañar esa fuerza que traiga la joven caricia de la libertad. Y para esas cosas existen muchos proyectos encabezados por personas que no bajan la guardia, ni piensan hacerlo más allá de los embates y el espaldarazo de las industrias febriles. Pienso rápidamente en los inicios de la radio Fm La tribu, siempre ubicada al costado del éter más plausible, con una programación destinada a un compromiso dentro del (des) orden de lo cultural. Una batalla constante frente a las autoridades que ocultan las diferentes luchas, debajo de la alfombra de una voz “oficial”.
Ayer, en el bar de Fm La Tribu, pude apreciar que realmente existen otras formas de contar y de no reducirse al lugar donde todo parecería más cómodo. Pasear por la feria de las distintas editoriales independientes y ver el proceso de un trabajo alineado con la propia pasión, permite enamorarse de las utopías. La posibilidad de leer esas voces, desparramando a chorro limpio impecable narrativa. Poetas reformulando el sentido de la metáfora, convirtiéndola en una herramienta para pensar, sin ser ultrajada por el puro estilo de una prosa bonita ni un verso que sea la puerta para pasar al mundo de los sabiondos.
A la noche, con algunos amigos, fui por primera vez a un festival que tiene un nombre que realmente termina de completarse con lo que uno puede ver. Estamos hablando del “Festipulenta”, que se realiza en Zaguan Sur, ubicado en la calle Moreno 2320 en la zona de Balvanera, Capital Federal. Este festival  vendría a ser una reunión que abarca distintas partes de nuestras artes y promueve, justamente, un intercambio no solo del orden de lo sonoro con las buenas bandas de rock (aunque discutible el tema del genero), que podes escuchar. En ese lugar, a parte, hay unas mesas que lucen libros de encuadernaciones artesanales, discos y comics. Con la música conviven las editoriales que están en permanente lucha por el sueño.
Difusión alterna, Funesiana, son algunos nombres  de las editoriales que permanecen firmes hasta el final del festival. Por supuesto hay varias más, pero la ingesta de alcohol ahora no me deja recordar el resto. Y como decíamos al principio, con respecto a la búsqueda de nuevas fuentes inspiradoras de libertad, en esta oportunidad me atrevo a decir y recomendar este lugar en el marco de este festival. Buenos libros, autores nuevos, intercambio constante, buenos artistas...en fin, a mi entender no se puede pedir más.