jueves, 21 de marzo de 2013

La Yape, Dylan y los años floridos


Aquellos años transcurridos en el lúgubre departamento de la calle Alsina, no me dejan olvidar las veces que fue un punto de reunión con aquel grupo de artistas llamado: Los Dostoievskys. Era increíble ver tanta gente en un mismo lugar, hablando de teatro, cine, música , poesía, etc. Se generaban debates acalorados y muy largos, pero lo mejor venía a la noche; había sexo sin pudor. Gordos, flacos, altos, bajos, negros, todos los tamaños: era el comienzo de una nueva era. Recuerdo estar sentado con un almohadón en el piso, charlando con una compañera de teatro y ver gente corriendo desnuda, mientras bailaban melodías de Bob Dylan. Todos creíamos y eramos cultores de seguir generando esta especie de movimiento necesitado de ser una novedad. El interés estaba puesto en ser una vanguardia afincada en repudiar guerras. Todavía están presentes voces que por distintas experiencias con ácidos y demás drogas pesadas, no se encuentran con sus respectivos cuerpos y que nos decían: los recuerdos son un arma que disparan a la memoria, provocando dificultades ante momentos intensos, los cuales a veces te piantan un lagrimon.
En la actualidad me la paso mirando por la ventana, sentado en una silla de mimbre que heredé de mi padre. Tuve que arreglarla en su momento, porque las patas venían bastante curtidas por los años; es decir machucadas y casi que ni se balanceaba. Es duro cuando las enfermedades te empiezan a ultimar detalles de lo que esta por venir y todavía no pudiste ver lo que siempre soñaste. Se sabe que un día la gente se va, pero ¿a donde se ira? Hace poco en medio de un ataque de pánico, traté de mermarlo mirando fotos y encontré una caja, en donde vi como los años arrasaron la belleza de esa juventud divina que hemos sido. Tenía todos los recuerdos floridos de aquella infancia, donde uno quería fumar como Humphrey Bogart, para levantarse una mina y decirles: Siempre nos quedara parís. Hasta que una te decía, "che pelotudo, Ingrid Bergman hay una sola" y vos te tenías que meter las palabras, ahí donde todos sabemos. La caja no solamente tenía mi infancia pulcra y viril, sino que ademas guardaba la foto del primer amor. Como olvidar esa belleza que exacerbó los años más puros. Algunos del entorno cercano, hasta el día de hoy, intentaron llevársela con artimañas demasiado alejadas de los que ella pide. Es jodida la yape. ¡Lo que me costo esa mujer no tiene nombre! y a pesar de eso, increíblemente  fue la única a la que cautivé fumando como Bogart; hasta el tapado que llevaba en ese momento pude unificar con la forma de pitar para combinar algunas frases de aquella fabulosa película y lograr el casamiento. La historia entre ambos no fue fácil, hasta llegar a ser lo que fuimos. Cuando la conocí pasé como diez años siendo el amante, hasta que pudo deshacerse del marido. Los primeros años no fueron amables, esta cosa con la que estuvo casada la persiguió hasta donde pudo. Nunca pude hacer nada al respecto, porque el pedido de La Yape, fue muy claro: Te metes y se termina. Y me lo dejó en claro antes de que probara una pizca de valentía ante el asunto. Igual no quiero hablar más del tema, porque acabó de cometer un error: hablé de ella en pasado y si se da cuenta, va a poner el grito en el cielo. Tendría que haber dicho, mi primer y único amor, lo sé Yape. No te enojes. Sabes que floreceremos hasta la edad, cuarta, quinta, sexta, etc y allá donde nadie nos ponga trabas existenciales voy a seguir diciendo...para Yape, no te vayas. Acá lo aclaré. Paraaa....

martes, 19 de marzo de 2013

Los simpaticos de la autoridad

Permanante es la solemnidad ante los verdugos de lo popular. Se adueñaron la simbolizacion y de los mensajes que son envasados en la industria temprana.  Se estan cargando a varios no simpatizantes de su biblia. El dogma se rie a carcajadas de aquellos ilusos, que detras de promiscuas campañas por otra identidad, terminan vulnerados por jovenes dogmaticos de la caridad.
Lo vi al bandido de conciencias correr con varias por la otra esquina, pero lo llamativo fue que nadie intento detenerlo, sino más bien todos los vecinos lo saludaban y le agradecian lo que estaba haciendo para detener la furia populista; que según dicen, esta arrasando con la "democracia".
Una junta aglomerada ante la alcaldia piede más ojos vigilantes. Graben todo, que las avalanchas zoologicas estan arrasando contra la propiedad. Salgan a la vigilia de su integridad junto con la patrulla infernal. Pero ¡ojo! no dejes la zona totalmente ausente; sus dedos saben donde esta el chanchullo.

sábado, 16 de marzo de 2013

Un vigilante


        

Después del séptimo cigarrillo, su boca olía a chimenea. En cualquier momento llegaría su hijo y para poder saludarlo tendría que enjuagarse un poco. Al niño no le gustaba el olor que tenía el cigarrillo. Cuando miró la hora, el octavo estaba al caerse. Venía bien con el tiempo. Igual, dejó un chicle de menta y un vaso de vino, por si acaso. Mientras pitaba sin cesar, leía un mail que encontró en la bandeja de correos no deseados. No era habitual que leyera mails de ese sector  -los borraba sin mirar - pero en este caso le llamó la atención, el remitente y el asunto. Era de un alumno de latín, al cual le dio clases particulares dos o tres veces para ayudarlo a hacer una traducción. Al avanzar en la lectura detectó, que no se trataba más que de palabras melosas con el solo fin de invitarla a salir y lo dejo por la mitad.  
Sonó el timbre antes de lo esperado. Intentando pelar un chicle contestó “ya va”. Abrió la puerta y su hijo se abalanzo ante ella, hundiéndose en un profundo abrazo. El padre del niño con total parquedad solo dijo entre dientes…
-hablamos el viernes que viene.
Apretó el botón del ascensor varias veces, porque no funcionaba bien y mientras esperaba a que se haga presente, regreso hasta la puerta para despedirse del niño. Puertas adentro intento sacarle información a su hijo, acerca del padre. Mientras el niño, concentraba sus energías en los juegos de la computadora, le preguntó varias veces que habían hecho el fin de semana; es decir, si estuvieron solo ellos dos o si hubo más gente. No contestaba al instante, entonces insistía con las preguntas hasta que el niño solo dijo: “Ay mamá, hicimos lo mismo de siempre. Fuimos a la cancha, después un torneo de play station con los amigos de papá y después dormimos”. Esta respuesta fue toda la interrupción que hizo a los juegos. La mujer no intentó más nada, porque sospechaba que el padre lo había preparado para no hablar.
Mientras el niño esperaba que la – lenta – computadora, cargue los puntos de lo que había sumado por pasar de pantalla, le llamó la atención una luz titilante que no paraba de llamar la atención. Apretó para ver de qué se trataba y leyó un mensaje abrumador: “Voy a sacarte la tenencia de tu hijo, por puta y descuidada”. A los gritos llamó a su madre y solo señalo la pantalla. No podía parar de llorar. La madre rápidamente cerró todo como pudo y calmo al niño.
-Eso te pasa por andar viendo cosas que no te corresponden – dijo en forma de reprimendas
- Es que me llamó la atención la lucecita – señaló secándose algunas lagrimas
- bueno ya está, no pasa nada.
- ¿Quién es ese tipo mami?  Tengo miedo.
- No es nadie, solo uno de los tantos maniáticos con los que me crucé en la vida.
Te pido por favor que no vayas a contarle nada a tu padre; ¿queda como secreto entre madre e hijo?
-Te lo prometo – contestó abrazándola.
Para salir de la situación incómoda propuso comer algo. El niño con una sonrisa que cubría toda la cara, saltó del sillón hacia la mesa. La heladera estaba vacía, debido a que no pudo realizar la compra del mes, así solo quedaba pedir comida al delivery: “Mc Donalds”, gritó sin dudar. Maldiciéndose por no haber comprado la comida del mes, llamó sin opción. La demora sería de casi cuarenta minutos y como no le gustaba esperar, las alternativas eran hacer ejercicios de percusión u ordenar la casa. El niño molesto, tapó sus oídos al grito de: “Basta de ruido, mamaaaa….” Entre cosquillas para pasar el tiempo hasta que llegase la comida, escucharon unos gritos que venían desde la calle. Desde el balcón, vieron una moto tirada, un auto parado y un tipo agarrándose la cabeza: “¡cómo te vas a cruzar así, pendejo!” Las sirenas no tardaron en musicalizar la cuadra; policías, ambulancia, etc. El niño vio que el atropellado, era el chico de Mc Donalds. Al bajar, la mujer preguntó a uno de los vecinos se había podido ver como ocurrió todo, pero nadie supo decirle nada, exactamente, sin caer en supuestos. La policía revisando la moto, encontró que en la caja donde se trasladan los repartos, había un arma: “¿quién pidió delivery?” Inmediatamente, la mujer levantó la mano con temor
-Señora se salvó de que la asalten – dijo heroicamente el policía.
Agradecida por el azar, se persignó y tocándole la frente a su hijo, entraron rápidamente.
-Mami, me parece que el chico estaba muerto. No se movía – Dijo sin inmutarse
- ¡Ay, por dios! No digas esas cosas. Además no sabemos porque lo vimos de lejos, eso se va saber después.
- Pero te digo que igual nunca se movió mientras estuvimos abajo – insistía el niño.
- ¡Basta! No me gusta hablar de esas cosas.
Sonó el teléfono y ambos dieron un pequeño de salto por el miedo pero termino en sonrisas…
-Hola.
- Como te salvaste, hija de puta – Contestó una voz ronca.
Colgó el teléfono inmediatamente. Su mano temblaba.
-¿Quien era mami? – preguntó el niño, tirado en el sillón.
Tardó en contestar, porque no sabía que decir. De espaldas al niño, esperó que su cara de espanto se redujera a algo más amigable.
-No era nadie importante. Encuestas políticas – Trató de disimular como pudo.
- ¿Y porque tiraste el teléfono para colgar y te quedaste un rato mirándolo?
- ¡Te dije que no era nadie y basta! – Gritó enojada.
Se fue rápidamente a la habitación y cerró la puerta con llave. Quedó sentada, tomándose ambas piernas. Desde la mesita de luz provenía una vibración; el celular estaba sonando sin parar. No quiso atender. La llamada decía número desconocido y era la número diez. Pensó en tirar el celular por la ventana, pero luego recordó que tenía muchos números importantes que le llevaría mucho tiempo volver a tener. No aguantaba más que siga vibrando. Tomó coraje y atendió.
-Hola.
- Por fin, nena ¿Vas a seguir resistiéndote a darme la tenencia del niño? – Sonrió perspicaz.
- ¿Hasta cuando vas a seguir con esto? ¡Sos una basura!
- Hasta que tenga los resultados del ADN – volvió a reír cuando contestó.
- Jamás voy a permitir que te lo lleves – Dijo apretando los dientes.
El niño golpeando la puerta entre llantos, pedía que lo dejara pasar.
-Déjame hablar con él. Voy a explicarle la verdad – Su tono de voz era cada vez más amenazante.
- ¡Déjanos en paz! ¡Hijo de puta!
- Anda y conta la verdad.
Cortó el teléfono y se dejó caer bocabajo en la cama. Desgarrada en llantos pensaba soluciones, ante las avanzadas del maniático alumno de latín. Una vez calmada salió de la habitación y sin dar demasiadas explicaciones, le dejo al niño que se quedaría por tiempo indeterminado con su padre. Con el niño detrás preguntándole a más no poder, preparó todas sus cosas y salieron directo hacia allá. En el camino, por supuesto, su hijo pedía explicaciones de todo lo que estaba pasando y la única respuesta que obtenía, es un seco: “todo esto es por tu bien”. A pesar, igualmente, de los llantos constantes por saber algo más, la boca de esta mujer se limito a contestar siempre lo mismo. A pocas cuadras de la casa del padre del niño, se alcanzaba a ver una cantidad de gente que se aglomeraba en la puerta; policías que vallaban la zona y algunas cámaras de televisión. Con cierta sorpresa, preguntó a cuanta persona pudo que había pasado, pero nuevamente las respuestas no fueron solidas. Solo eran bolas de chismes que fueron creciendo. Llegando hacia la puerta, escuchó: crimen pasional, suicidio, ajuste de cuentas, Traición, etc. Cuando quiso pasar a la casa con el niño de la mano, la policía no se lo permitió.
-Soy la ex mujer – dijo como carta de presentación.
- Lo entiendo señora, entonces lo mejor va a ser que no pase. No creo que quiera ver la atrocidad que hay allí dentro.
- Dígame que paso ¡por dios!
- Cuando estén finalizados todos los peritajes, se le dará el informe correspondiente. Mientras tanto no se puede dar ninguna información, hasta tanto no se tengan ciertas certezas.
- Pero no me haga esto, necesito verlo  – Dijo desesperada.
- Señora acompáñame – dijo el policía sin dar explicaciones.
Corriéndola de todo el amontonamiento de gente, le entrego una nota que estaba dentro una bolsa de celofán
-Esto estaba sobre el cuerpo, puesto en el cuello de la remera. Podría decirme que significa la palabra del final de la nota – invitándola a leer lo que allí estaba escrito.
La nota decía:   “Decí la  verdad ¡Advigil[i]!
Presentar esto ante quién corresponda.
Con cariños a mi profe”.
La mujer perturbada por la nota, en medio de un estado de shock, Gritó: “Hijo de puta”.


     



[i] En latín significa, otorgar cuidado o atención a algo. Estar atento. 

miércoles, 13 de marzo de 2013

Utopías insanas


El sistema solar es un campo de concentración nazi donde los planetas circulan atrapados  por los grilletes de sus órbitas. Y el primer pez fue un asesino en cuanto tuvo hambre
Enrique Symns





No creo que se pueda escapar de la tristeza. A veces, solamente, podemos darnos ciertas dosis de engreídas excepciones pero se desbaratan a la media hora. Cuando voy cruzando la calle, inevitablemente, pienso en toda el agua y la que va a correr debajo de este puente que todavía estoy cruzando. A mitad de camino comienzan incesantes miedos a causa del afanoso control que intentamos sobre las cosas. Es posible, entonces, vislumbrarse ante la posibilidad de tirarnos de ese puente que a la larga o a la corta, nadie sabe si va a terminar de cruzar.
El trayecto tiene sus atajos y también sus consecuencias. La constante búsqueda de que sea menos enquistado facilita acercamientos a lugares tenebrosos. Nos interpelan fantasmas acartonados. Bochornosos actos, perturban el ingreso de voces alternativas y se entiende dogmáticamente solo una razón,
reproducida alienantemente a la vuelta de nuestras casas. No cabe la reflexión en la ósmosis urbana. Nada nos conmueve; ni siquiera que Norteamérica utilice palabras justificadoras a las muertes por guerras "preventorias". Dicen los periódicos del primer mundo: "murieron por fuego amigo", cuando el caído es un soldado yanqui, que se vio sorprendido por las balas de su propio estado, mientras defendía la mierda ¡brutalmente avergonzante! Pero funcionan tan bien los esquemas; es tan fuerte la policía del sentido, que seguiremos prostituidos a las vanguardias del metrobus y a las férreas palizas que reciben jóvenes cuando proponen una vida de asambleas y unión.

 

martes, 12 de marzo de 2013

Volvieron


En mi eterna inocencia
creí que se podían combatir diez años
un sueño que me exploto en la mano
para seguir caminando solo

¡No llores! ¡Era imposible!
Ruge la noche en que hicimos lió
sera la única postal que guardaré
como una prueba de amor

Ahora solo queda escupir
junto a la falsa ilusión
no creo que haya sido en vano
protegerse en el factor tiempo

Que cada segundo tiene gusto a peor
es cierto...
los testigos aplaudieron un instante
y el control consiguió la calma

La razón le puso fin al desorden
otra vez como empezamos
sonámbulo hasta el cumpleaños
dos palabras y un adiós

martes, 5 de marzo de 2013

Quiero que sepas...


Quiero que sepas...
el pasado solo es pena
el camino hacia lo nuevo
no tiene sutilezas

Se desangra la poesía
cuando le das vuelta la cara
la voz ronca se quedo
de tanto decir amor

Quiero que sepas...
el tiempo loco se ha vuelto
pero tuvo la cordura
de acercarme a vos

En esta trinchera he de quedar
pergeñando una batalla
son diez años
que maravillaron a tu ser

Posibles auras sean plenas
cuando nos encuentre para recibirlas
esperare a que tu mano
deje de palmear sobre mi hombro

Quiero que sepas...
las veces que dije "luchar"
serán hasta el final
sepamos amarnos