domingo, 1 de febrero de 2015

Todos quieren ser Messi



La diversión que te programan es la tirria de otros que no quieren ser parte de eso. Pasar cerca de un bar donde se vive a flor de piel la misoginia y se desparraman sus inseguridades, poniendose detrás de una buena prenda, peinados y teléfonos celulares, es lo que nos toca hoy. Las canciones donde quieren que les chupen la pija y no lo dicen, pero que si les sale decir "mueve la colita" y no sé que más. Escupen palabras al viento como reyes sabedores de vivir la vida, colapsan la utilidad de ciertos químicos y esos productos, los vuelven más producto. Terminan amando y dándole su cuota de esperanza al más facho y piden que la nación celeste y blanca se comporte como la selección de fútbol, dejando afuera a los que no son amigos de Messi (en este caso progreso). 
Avanzan sin piedad sobre lo que llaman "el mal" y conforman un ejercito genuflexo, para intentar darle eco a frases hechas de las cuales no tienen poder, pero que pretenden transformarlas en un revolver calibre 38 para arrasar con todo. Es un deseo bailar sobre la sangre del que bordea toda esta zona y vive en los bordes. La proclama de que los cuiden se vuelve un terror para los que se deben cuidar de ellos, ante el no cumplimiento de ciertas ordenes. El que no quiere sosegarse dentro de esta capa que va licuando las inquietudes, será condenado a las peores descalificaciones.