sábado, 29 de septiembre de 2012

Y entonces quien las va a salvar...

El boxeo no parecía ser de su agrado, pero al parecer el otro día me han contado que vio por primera vez una pelea por la televisión. Fascinado estaba el hombre, imitaba cada golpe que lanzaban los combatientes. Al fin de cada round, aprovechaba para darle algún que otro sorbo a la cerveza y agarraba un poco de maní, que por el grosor de sus dedos, muchos de ellos terminaban desparramados en el piso. No se preocupaba por limpiar, en esos casos lo que hacía era gritar: ¡Marta! y su mujer con pocos aires de soportarlo venía preparaba porque ya sabía de que se trataba. Mientras tanto, él seguía disfrutando de la pelea y si terminaba pronto porque había un knock out, rápidamente pasaba a un partido de fútbol. Parecía postrado a los pixeles. La mujer estaba preocupaba, ni siquiera le exigía sexo. Eso sí, lo único que exigía era la cena y la casa en orden, no soportaba que se acumulara tierra. Llevaban varios años de esta forma, muchas de las amigas de la mujer, no entendían como, todavía, no se había separado de esa cosa llamada marido. En esos casos solía contestar que era por amor, pero nadie entendía de que amor hablaba, todos los que conocían de cerca el asunto, sabían que eso más que amor era un zafarrancho con papeles.
Ella, había perdido muchas de sus amistades por defender la relación. Le decían que era una sometida pero nada le importaba, hacía oídos sordos a toda critica. Siempre se justificaba con que nadie la va a querer tanto, como la quiere él. Nadie le creía nada, incluso la miraban con lastima. La han intentado ayudar muchas personas de su cercanía  pero lo sentía como una ofensa. Los vecinos ya se habían quejado varias noches por ruidos y gritos. La gente del consorcio denunció varias veces situaciones de violencia y la policía nunca asistía al lugar del hecho. Una noche, me contó un vecino, esta mujer salio corriendo de la casa con un ojo lastimado y agarrándose la panza. Detrás iba corriéndola el tipo con una botella cortada, gritándole las peores barbaridades. Fue así, entonces, que este vecino ya no aguanto más, se acercó hasta la comisaria y trajo a la policía hasta la casa de este matrimonio. El policía golpeó la puerta, acompañado del vecino, pero no contestaba nadie. Golpeó, nuevamente, con más intensidad hasta que una voz algo enfurecida gritó: ¡Ya va! abrió la puerta este hombre y se encontró al vecino y al policía.
- ¿Que significa todo esto? - preguntó enojado
- Esta persona fue a buscarme a la comisaria, para decirme que de su casa se escuchaban gritos y golpes. Incluso, me dijo que vio a su mujer salir corriendo de la casa, tomándose la panza y con un ojo lastimado - dijo el policía, intimandolo
- Pero, que dice oficial. Acá no paso nada de eso.
- ¿Se encuentra su mujer, señor?
- No, en este momento, no ¿Para que la necesita? - preguntó nervioso
- Quiero hacerle algunas preguntas.
El vecino se fue hasta la casa porque le sonaba el teléfono y le dijo al oficial que lo esperara. Mientras tanto el hombre, aprovecho para hacer pasar al oficial a su casa. Lo hizo sentar en la mesa, le sirvió un trago y le ofreció un dinero. El policía miró el dinero con desdén pero después lo termino agarrando y al terminar su trago, se fue. El hombre lo despidió, diciéndole:
- Si lo ves al vecino ahora cuando te vas, decile que vas a integorrar a mi mujer la semana que viene.      

lunes, 24 de septiembre de 2012

Call center


Desde la silla no se puede oír bien que sucede en la calle. No voy a negar que escucho bocinas de autos pasando muy rápido o gritos  de gente que la pasa mejor que yo. Lo que sí, no sé quien pasa por la vereda. Cuando tengo oportunidad de profundizar en mis pensamientos, suena el teléfono y no me queda más remedio que atender.
-Buenas tardes ¿en qué puedo ayudarlo?
Una voz del otro lado sin saber bien para que llama y a donde, dice:
-Me podes ayudar en muchas cosas; una de ellas, es tener plata.
En ese momento me dije: ¡Esto es una joda!
- ¿Como dijo señor?
-Lo que escuchaste ¡necesito plata!
-Señor, se habrá equivocado; acá no se presta plata, ni se hacen donaciones ¿Qué se le dio por llamar a este número? – dije con pocos aires de continuar la llamada.
- No sé, en realidad agarré la filcar y marqué un número. En este momento tengo un arma conmigo. Era hablar con alguien o lo que usted ya sabe…
No podía entender como a las cuatro de la tarde de un martes, estaba viviendo esto. En la vida, creo, que no me porte tan mal. Es decir, nunca induje a nadie a las drogas, ni al sexo sucio, ni a ninguna de las barbaridades que mi comunidad detesta, etc. Por más que hubiese una broma pesada en todo esto, no podía confiarme de que así sea. A nadie le gustaría enterarse que habló con un tipo que después se pegó un tiro y que lo último que le dijeron en la vida, se lo dijiste vos. Soy un mediocre empleado de un lugar que tiene muchos teléfonos, pizarras y publicidades de productos que no tienen utilidad. Este tipo sí que no sabía dónde estaba llamando, porque de saberlo entendería que era mejor estar fuera de ahí.
De todos modos por más que se lo explicaba no entendía y mis recaudos por las palabras que utilizaba eran enormes. No podía dejar de tener en cuenta que del otro lado había un suicida, con una depresión galopante. Tuve que continuar la conversación con un poco menos de tensión.
-Señor, por favor escúcheme: Le voy a pedir que se tranquilice ¿No hay nadie en su casa?
- No. Estoy solo hace veinte años y tengo muchas deudas. Vamos, présteme unos billetes – dijo insistente.
- Pero buen hombre, ya le dije que no somos prestamistas. Con todo respeto, le pido que busque otro lugar para esto.
- No me da ganas de marcar otra vez, aunque sea hablemos un rato.
Colgué el teléfono, sin contestar nada y me quede un poco persuadido por lo que había pasado. El problema mayor seria si este tipo se mata ¿cómo hacer para vivir sabiendo que no pude hacer nada? Los minutos me agobiaban en pensamientos terribles. El teléfono de esta persona había quedado en la pantalla. Lo llamé sin importarme las repercusiones que esto podría traerme en mi trabajo; sonó varias veces pero del otro lado no contestaba nadie - ¡Este tipo se mato, grité! – igual seguí insistiendo unos minutos más, hasta que una voz con carraspera, dijo:
-Hola ¿Quién es?
- Ah menos mal, sigue ahí – le dije con las pulsaciones a diez mil y tantos.
- Sí, estoy acá. Antes no llegue a atender porque estaba…bah, que tanta explicación ¿Quién habla? – dijo embravecido
- Soy el chico, con el que hablo hace un rato y le dijo que no se hacían préstamos
- Ah sí, no me digas que te arrepentiste ¡bárbaro! Necesito cinco mil pesos.
- No no, espere un momento. Lo llamé para saber si seguía vivo.
Largo una carcajada enorme que duro varios minutos. Parecía abrumado por alguna sustancia.
-Noo, joven. Quedate tranquilo que todavía no me voy a matar. Me faltan muchas cosas para hacer. Por ejemplo: conocer la tumba de Stalin o hacer desaparecer al Partido Justicialista y por ultimo; hasta que el hígado no me diga basta, prefiero vivir. Me quedan muchas cervezas en la heladera.
-Por lo visto su humor es muy bueno, así que no tenemos más que hablar. Que siga bien.
- Espera muchacho, no me vas a prestar dinero. Además, lo último que me falto decirte es que un cáncer en el hígado me está comiendo…
Los auriculares por los que oía a este demente quedaron colgando. Me levanté de la silla, escupí al piso y grité muy alto: ¡Me quiero ir! Para ese entonces mi jefe estaba muy cerca del sector, se acercó y pidió que habláramos en forma privada. Fuimos a su oficina, abrió la puerta e ingresamos con un chirrido de fondo, que atemorizaba.
– Sentate, por favor – me dijo, clavándome los ojos.
Apenas apoye la espalda en el asiento, no me dio tiempo a suspirar…
-Lamento decirte que este fue tu último día de trabajo. Las razones, te preguntaras; no sos el perfil que buscamos. Le estuviste hablando más de media hora a un tipo con depresión y no fuiste capaz de venderle ninguno de estos productos.
-Pero señor usted escuchó como fue la conversación. La llamada ingreso, no la hice yo…
No hubo tiempo para explicaciones, se levantó y  abriendo la puerta, me invito a salir de su oficina. Volví a buscar mis cosas. La pantalla seguía igual que como la había dejado cuando me fui. Anoté el número y salí sin saludar.  

sábado, 22 de septiembre de 2012

Esbirros

Escribir como Dostoievski o Arlt, me voy a la re puta que lo pario. Esas dos plumas que te vuelan el cráneo fueron enseñando que la marginalidad cada vez es más participante de este escenario en donde los pseudo jugados son unos locos bárbaros. El viejo Symns, dijo por ahí que las historias están en los lumpenes que no trabajan y estudian, es decir gente que vive en la calle, borrachos o drogadictos. Los tipos esos que no te caen ni medio porque tienen sexo "promiscuo", que van en busca del placer y que para ese conglomerado de gente que "hace las cosas bien" va a estar mal que cojan sin educación.
Viste que para conocer a la gente tenes que hablar aunque los juicios de valor, hoy más que nunca, están a flor de piel. Es un buen mecanismo de defensa. Te tratan de marciano si no integras los valores conservadores de la moralidad. Digo, todavía hay gente que quiere promover: El cerrarte la boca. Da un poco de tedio que te involucres, integrando al que tenes al lado. Lo mejor seria que algunos no existieran o cagarlos a palos todo el tiempo por irrespetuosos. Viste que te dicen: "Ese pendejo no sabe nada de la vida" a lo que yo le contestaría  Si tu enseñanza va ser de odio y repulsión por el que no cumple ciertos requisitos, mejor prefiero ser un ignorante. A veces no esta demás conversar con gente que no conoces o no tiene tu misma cosmovisión o posición social, es una forma de entender que también ese otro es una persona con intereses y pasiones.
¡Más esbirros! gritan por allá. Déjate de joder, todavía les crees. Algunos quisieran dormir con las autoridades en su cama y otros rezan que por su clase social no les rompan la cabeza y desaparezca del mapa. Las balas son un mecanismo muy practico para eliminar a cierto sector y sobre todo cuando tienen un aval jerarquizador: ¡esta todo legal! ¿quien les va decir algo? Para colmo las tribunas los piden a gritos ¡Son nuestra salvación!
La vida se nos va con el miedo a la muerte a cuestas...
Hay esquemas difícil de poder verlos, porque están muy bien montados. Algunos recurren a las estadísticas para crear opiniones universales. Por ahora triunfa ampliamente: ¡La mano hiperdurisima! y el pedido de más  educación desde sectores, donde se profesa: El consumo abrumador y el existismo rápido, entonces es ahí donde me pregunto ¿De que educación hablan? ¿Institución + éxito?      

CLARIN ZONAL


viernes, 21 de septiembre de 2012

Coito Interruptus

Coito interruptus procrea rebeldes
Debajo del brazo hay carnaval
Esas bocas contaminadas por no cojer
Maldiciendo el Nunca Mas

¡Ay que pena!
La mala educación del precoz
tapas de diarios guionadas
La sangre es su dinero veloz

Charlas muy serias deciden futuros
y la mesa pierde su redondez
Los tipos caminando el salón
mientras afuera corre el sudor

Decime que hacemos con este zaguan
no quedan más tangos, no hay pasión
solo se reivindica la posesión
y las caras no asumen ningún dolor

viernes, 7 de septiembre de 2012

Los diferentes: parte 2


Entrevista a Maria  Rosa (comerciante)

El discurso del entrevistado está construyendo un momento de cambio en su actividad cotidiana desde que tiene su local de comercio y vivienda frente al estadio de Argentinos Juniors. Principalmente habría dos problemas que esta remarcando, uno es su actividad comercial para cuando se disputan los partidos allí y el otro es cuando el equipo de Chacarita va a jugar a ese barrio. Esto claro está, cambio el esquema de la cotidianeidad de los vecinos, porque por ejemplo el comerciante tiene que limitar sus actividades según el día que sea el partido y la hora, para Maria Rosa no es lo mismo si el partido es un día de semana que un fin de semana;
¿Cuándo hay partido abre el negocio?
-Antes si porque vallaban de otra manera. La gente podía comprar. Ahora generalmente no. Si es día de semana y es dentro del horario que tengo abierto sí. Pero sábado y domingo no.
Esta puesta del entrevistado indicaría que la seguridad fue variando hasta disminuir a lo que relataba anteriormente, es decir que cuando ella indica “la gente podía comprar”, estaría indicando que la seguridad era otra, si antes se podía y ahora no, hubo una transición que hizo que su postura sea la de cerrar porque las condiciones para trabajar no eran las mismas que en otra época, donde también estaba el estadio ya en funcionamiento, pero eran otras las disposiciones.
Otro punto que va a variar para con su seguridad, son las hinchadas que vienen de otros lados, por qué digo esto, porque ese otro lado que el entrevistado indica que es de donde vendrían las hinchadas “visitantes”, estarían tomando el papel de invasores a su tranquilidad por lo aquí también habría un antes y un después en su vida y la de sus vecinos. Es decir ella afirma no haber tenido inconvenientes con las hinchadas que son de otros lados pero sus vecinos, sí;
¿Alguna vez tuvo problemas con las hinchadas?
-No, yo no. Pero hay vecinos por la zona, acá a la vuelta, que les rompieron todo. Parabrisas…hubo piedras en la plaza. Hubo lio también…robaron.
Digo esto porque la entrevistada, va hacer notar que antes de que todo esto del estadio se ponga en funcionamiento, su tranquilidad era otra.
¿Nota algún cambio al respecto del momento en que la cancha estaba siendo construida?
-Sí, la verdad que sí. Estaba mucho más tranquila.
Hasta ahora podemos ir observando que la situación ha cambiado tanto para la entrevistada como para sus vecinos, con respecto a la seguridad de sus vidas. La cercanía a la cancha parece ser una amenaza que hizo que haya que tomar otros recaudos, que quizás antes no se hacían. Por ejemplo la situación de la entrevistada y su comercio, según el día que se dispute el partido, tendrá que acomodar su día laboral.
Pero la amenaza no es solamente la cercanía al estadio, sino también la presencia en el barrio de la hinchada de Chacarita, los cuales serian un paradigma a desentrañar porque era mucho el miedo que repercutía cuando estos tenían que ir allí.
-Chacarita era un desastre, lo peor que le pudo pasar al barrio.
Para la entrevistada esta hinchada ejercía la violencia de un ser no civilizado, digamos fuera de toda racionalidad;
-Por Jonte los indios se la pasaban robando, saqueaban. Los chinos tenían que cerrar porque les sacaban todo. Hay un quiosco acá en San Blas, pasando Gavilán, que le robaron todo a la señora…le mandaron todos adentro y chau. Incluso en el diario salió que acá en el puente tiraron de un colectivo a una mujer y la mataron.
De alguna forma se describe un otro al cual se le tiene miedo caracterizándolo como “indio”, hay para ese nosotros que construye la entrevistada, formas del otro que no se pueden entender, por ejemplo, su violencia o el robo. Es decir que ajenos a toda racionalidad la cual si la estaría teniendo la entrevistada que no roba y no es violenta, utiliza el calificativo “los indios” que de alguna manera indica que se sigue manteniendo ese dualismo que fue parte del siglo xx, ese dualismo que en algún momento hizo mella también en el General Julio A. Roca para justificar su campaña al desierto. Este grupo al que me refiero es el de civilización y barbarie, que muy bien esta detallado en el libro de Sarmiento, Facundo[1].
Para no caer en digresiones, vamos a seguir con ese otro amenazante que describe la entrevistada. Todo indicaría aquí que el hincha de chacarita no es perteneciente a esta cultura civilizada, es un entramado donde se describirían que sus acentos valorativos para con la vida son diferentes. Es decir que la hinchada de chacarita pertenecería a otro grupo étnico, “los grupos étnicos son categorías de adscripción e identificación que son utilizadas por los actores mismos y tienen por tanto, la característica de organizar interacción entre los individuos”[2].
Para ir cerrando, se podría decir que la amenaza a la tranquilidad del barrio esta puesta cuando vienen hinchadas ajenas pero sobre todo y acá hay algo característico, hay una hinchada que no cumple con los límites de la civilización y por eso sería la que impondría más miedo cuando estos tienen que venir a disputar un partido a la cancha de Argentinos Juniors, estoy hablando de la hinchada de chacarita.


[1] Sarmiento, Domingo Faustino, Facundo, Centro Editor de América Latina.
[2] Barh, Fredrik, Los grupos étnicos y sus fronteras – Introducción. México, Fondo de Cultura Económica, 1976.

Los diferentes en boca de "la gente"

Entrevista a Norma (encargada)

La entrevistada va empezar indicando la diferencia entre los chicos que estudian y los que no, pone como ejemplo a los entrevistadores, pero también indica que sus hijos son como los entrevistadores, de buena formación. El terreno divide las aguas en un nosotros los formados y los otros los de la calle, es trivial esto porque los de la calle, estaría marcando esta mujer, son los que se drogan, toman alcohol, roban y destruyen lo que la gente de allí mejora.
-En si el barrio es tranqui. Hay problemas como en todos lados. No sé. Ustedes son diferentes. Hay chicos que no estudian y se ve de todo en la calle. Yo tengo hijos como ustedes también, con buena formación. Los de la calle que se interesa por otras cosas tienen otras formaciones. Ustedes me entienden lo que les quiero decir. Mi hijo antes era adolescente y ahora es electrónico, programador de sistemas. Lo traía desde Urquiza acá para que viera al padre. Miren acá. Ni los apliques están tranquilos. Se roban todo. No queda nada. Vos mejoras algo y te lo rompen. Son los que están habitué. Los que chupan acá enfrente, vienen acá drogados.
Aquí se me ocurre luego de este fragmento de entrevista, la posibilidad que existe en la sociedad de hacer una interpretación desde las distintas posiciones de las personas, quiero decir la posibilidad de utilizar el concepto de comunidad imaginada que describe andersonAnderson. Los chicos de la calle existen porque se pueden imaginar, Anderson va a decir de alguna manera cualquier grupo es construido como comunidad imaginada para que exista como grupo.
Siguiendo con esta  línea de diferenciamiento entre grupos, podemos agregar que Norma, va a marcar nuevamente otro dualismo pero esta vez entre la hinchada de chacarita y la de Argentinos junior. Aquí otra vez se hará presente el par que describía Sarmiento en su libro, Facundo, me refiero a Civilización y barbarie;
-La época de chacarita era tremenda. Rompían toda la cuadra. Venia chacarita y directamente todo el barrio estaba en pánico. Nos metíamos todos adentro y no salíamos. Cuando juega Argentinos juniors es muy tranqui y estamos protegidos porque hay doble vallado. Está lleno de policías. El problema es cuando viene la gente de afuera. Rompen todo. No sé por qué. Los de chacarita encima que les prestaban la cancha destrizaban toda la cuadra.
Estas declaraciones me remontan un poco a la época de la inmigración que se dio en el país a principios del siglo xx, también me hace pensar en la figura del anarquismo y su representación amenazante para la identidad nacional y la armonía de la patria. Quiero decir la presencia de un otro pertubador que hace que la gente se atemorice y piense lo peor. En este caso Norma, en sus declaraciones consigna a la hinchada de chacarita como la figura perturbadora que llega al barrio para arrasar con la tranquilidad. Es la amenaza, esta gente que para ella no está dentro de la formación de un ser racional, casi diría como que más que una hinchada esta gente seria un grupo terrorista, para imponer ese temor. Es importante resaltar que la entrevistada describe que cuando juega Argentinos juniors, la zona permanece en tranquilidad, casi que esta describiendo que hay un grupo que pertenece al bien y otro al mal.
“Aquí, barbarie es impunidad, tortura, exclusión, violencia social, económica y estatal…”[1]
Otro detalle importante a destacar es la diferencia que establece la entrevistada, cuando habla del antes y el después que hubo cuando se finalizo el estadio. Primero destaca que cuando el estadio estaba en construcción, la gente lo utilizaba para dormir y quedarse allí, pero remarcaba que la gente que se ponía ahí no eran familias sino drogadictos y ladrones. El cambio para ella se produjo cuando se finalizo el estadio porque a partir de ese momento se podía saber quienes ingresaban, ya no había más posibilidades de utilizarlo como refugio, solo van los que pueden pagar una entrada para ingresar.
-La cancha en si no tendría que haber estado acá. Se hizo después. Cuando estaba la otra cancha no era lo mismo porque no estaba en uso. Ahora lo bueno que tiene es que el gobierno de la ciudad hiciera un colegio. Es un gran progreso. Ahí en la otra cancha había de todo. Venían de la morguera a buscar ahí adentro. No te imaginas. Ni familias eran, todos los desocupados de acá, esos drogadictos que estaban ahí, todos robaban. Venían de todos lados, era un refugio la cancha, muy triste. Es mejor ahora que antes. Ahora sabemos quienes vienen, antes te venían de General paz corriendo con todos los policías…”
En conclusión, Los otros los drogadictos junto con la hinchada de chacarita, despiertan temor hacia la gente que está dentro de sus cabales e intenta hacer algo por sus vidas. Con respecto a lo que comentaba la entrevistada en el párrafo anterior, del cambio que se produjo en el barrio cuando se termino el estadio, lo que más me intriga ahora es saber si realmente saben que gente es la que va.


[1] Baigorria, Osvaldo y Mónica Swarinsky (2009), La máquina de trazar fronteras, en Martini, Stella y Marcelo Pereyra: La irrupción del delito en la vida cotidiana, Buenos Aires, Biblos.  

sábado, 1 de septiembre de 2012

Blajaquis, un 0800 denuncia y la Educación popular


El relato no comienza solo continua contando lo que transcurre en el fluir de los días. La intención no es impresionar a nadie, más bien solo son resacas que refleja una vida cargada de complicaciones. Siendo benefactor de sus propias flatulencias el impostor; los más sabios de la cuestión, dicen que para alivianar este paso por aquí hay que ser un cero a la izquierda. Por eso nos encontramos con un panorama bastante hipócrita, parapetado de amistades incoherentes prontas a la velocidad de estos tiempos hiper modernos y pornográfico.
Tenemos a un tipo que quiere cerrar “El Borda” para construir más oficinas que van a habitar inútiles que se encargan de decirle a los docentes que se burlan de ellos porque parodian su lamentable conducción de la educación. Este intento de político quiere censurar a El Eternauta, y pone a disposición de la conservaduría un 0800 de denuncias para que sigan cumpliendo su rol de vigilantes de la cultura. Ahora, no se olviden que este señor esta en problemas por acusaciones que se le hacen de escuchas telefónicas ilegales ¿Estos procedimientos no te hacen acordar a una época?
Detener el ritmo cardiaco cuando aumenta sus pulsaciones por la ingratitud de saberse mortal, es un tanto difícil. Lo que no me parece difícil es defender la Educación popular. Lo único que nos queda es vernos involucrados en esta contienda, aunque sea por unos minutos de felicidad. Hay que rajarse de las murallas que intentan poner en el camino y no confundir a la política con burócratas que la vienen ensuciando. La herramienta más democrática para debatir son las asambleas y eso es algo que se impulsa desde los bachilleres populares, fabricas recuperadas y distintas autogestiones.
La calle es el territorio donde las voces se hacen escuchar. Por suerte hoy tenemos a un Camilo Blajaquis que escribe y publica libros desde su barrio Carlos Gardel. Este pibe salió de estar preso con la cabeza decidida a hacerles entender a los referentes y pulidores de la “Cultura”, que también escribe a conciencia de la situación y con bellezas que le pegan una patada en el culo a los retrógrados. Palabras alejadas de gestos populistas y escritorios, nos trajo una prosa distinta, repleta de sentimientos que nosotros la clase media nunca vamos a entender.

Impresión Maligna


Se puede perder el control
En tan dos horas de televisión
Se puede creer que el peor
No se merece lo mismo que vos

No apretes más ese botón
No le regales la vida a cualquier doctor
Esos chicos que vos detestas
Entienden que su imprenta es una pared

Escritores de gesto populista
Encierran las ideas que te hacen temblar
Injurias y palos para los que tiene un plan
Las caras tapadas caen muy mal

¿Quién se preocupa por los sentimientos?
¡Será posible que te licuen las ganas!
En la tierra solo vivimos hoy
Buscan almas de rápida impresión