lunes, 25 de junio de 2012

Solo un café

Algunos textos que pasaron por mi vida me han marcado tajantemente. La iniciativa de escritor y no de escriba, es muy urgente. Desde dimensiones un poco extrañas conocí algunos libros, bah, en realidad nunca fui un asiduo lector pero a una edad de la adolescencia considerable, 18 años, di mis primeros pasos con la lectura.  Ese día marco un antes y un después. Jamás voy a poder olvidar “El juguete rabioso” o “Los siete locos”. También se cruzo un tal Cortazar, Borges, Puig, Laiseca y después vinieron los norteamericanos ¡Que maravilla!
Comencé leyendo, mucho, los diarios, antes que literatura en si, pero cuando apareció ese arte de representar quede casi perplejo por la fuerza y la carga emotiva de la misma. Era y sigue siendo, esa necesidad de conocer cada autor en su máxima expresión. Son esas ganas de que muchos sigan vivos, para poder tomar un café con ellos y charlar de chabacanerías, sin despertar ninguna alarma de entrevista.   

lunes, 18 de junio de 2012

CHAMUYO



El 24 de Agosto era el día de la sanata, en el barrio “El chamuyo”. Para esa fecha los vecinos, se reunían en la plaza principal a comer, brindar y discutir, sobre los cambios obtenidos desde las conmemoraciones anteriores. Nadie, podía sostener nada serio en sus argumentos y las conversaciones se diluían en chimentos barriales. Lo particular de esta fecha, era que tenía un gran reconocimiento, no solo a nivel local sino que también a nivel nacional. Los participantes, desde hacía ya tres años, habían comenzado a crecer, venían de todos lados. Desde políticos hasta grandes figuras del ambiente de la cultura, no se perdían de esta ceremonia. Inclusive periodistas dedicaban secciones de sus columnas para hablar de esto, era impactante la trascendencia que había tomado. Las actividades en esa fecha eran amplias: se hacían cosas tales, como leer discursos políticos de distintos años de la política del país, se hablaba de diversos temas, aunque no se tuviera conocimientos y también,  se hacían interpretaciones de distintas obras contemporáneas consideradas como grandiosas dentro de la cultura.

sábado, 9 de junio de 2012

ARTISTARADO


Una historia genial que se sostenga por si sola y que de mucho dinero, quizá es  el anhelo que tengo hoy. Me encuentro, casi arrinconado por una situación económica deplorable, iluminado por la poca luz que entra por mi ventana. Miro la gente que pasa por la vereda, apresurada, seguramente por llegar a sus empleos y siempre con la mirada puesta en el piso. No creo que sea posible desde acá encontrar un buen relato. Mejor voy a salir calle, a ver con que me cruzo. Caminare por las calles menos transitadas, pensé en ese momento, para no  ver  a nadie. Tengo que encontrar buenas imágenes y algo de acción para una historia. Me fui, entonces, para el club vecinal que esta en el barrio contiguo al mío. Estaba repleto de gente conocida, pero a pesar de estar pasando una especie de agorafobia me anime a entrar igual. Siempre dije que los relatos están en la calle y hoy debería encontrar uno. En ese club, suelo jugar al ajedrez en mis tiempos libres, es decir cuando no estoy escribiendo. Suelo, También escuchar historias que luego se convierten en algún relato y es el lugar donde me detengo antes de llegar a casa, para tomar un vermut. Así que a penas puse un pie, comenzaron los saludos, las palmadas, los abrazos y los gritos de aquellos que estaban alejados, jugando al pool.
“Pero miren quien llego: el futuro Cortazar “dijo otro por allá, mientras se metía cerveza sin parar
Algún gracioso, se burlaba de mi oficio. Nunca faltaba el  grito sobrador, de ese al que nunca se le veía la cara. Me senté en una mesa con demasiada gente, intente dialogar con todos pero se me hacía imposible. Todos querían contarme cosas, a la vez. De este modo, me paré en una silla, pedí silencio y casi dando una orden, les dije que me hablaran de a uno.  Me miraron como para matarme, pero no decline mi postura y me mantuve firme, hasta que uno del fondo levantó su mano para pedir la palabra. Miré a este muchacho y me pareció haberle visto cara de que fue uno de los que me grito cuando entre, pero igual le di la palabra.
–Adelante, que tienes para decirnos le dije gentilmente
Esta persona, me miro fijo a los ojos, se paro de su lugar y comenzó a contar una historia:
Desde muy pequeño, me inicie en el oficio de relatar historias que iba leyendo. Hoy, es el momento de contar algo que viví en carne propia. Fue, entonces, una época de mi vida donde me encontraba casado con una mujer, que era la máxima expresión de la belleza. Éramos muy unidos, hacíamos todo casi sin separarnos. A ella la había conocido en las carreras de caballos, que iba todos los sábados. Recuerdo que la primera vez que la vi, me quede pasmado ante tanta mujer. Esa tarde, ni me anime a hablarle. Era una aficionada a las apuestas en las carreras, así que me la encontraba todos los sábados en el mismo lugar, tal es así que en unas de esas cruzadas, no pude no hablarle. Recuerdo que había ganado una fija, estaba tan contento. Me creía un millonario, ja… ¡que iluso! En ese momento ese monto para mi era mucho dinero. Ella vio mi alegría desbordante y se acerco, con esa caminata que me ponía los pelos de punta.
–Al parecer, ganaste mucho dinero ¿no? –  Dijo, extorsionándome con su tono de voz sensual.
– ja, no es lo que parece.  En realidad, estoy así porque es la primera vez que el azar esta de mi lado ‒ conteste sumido en su figura.
–Deberíamos, aprovechar para conocernos un poco mejor. No creí que eras tan simpático –Arremetió, sin darme respiro
–Si claro ¿queres que hoy mismo hagamos algo?
En ese momento creí que se venia el cachetazo, pero no. Aparentemente no quede como un desesperado. Esta mujer, sonrió y concretamos una cita para la noche. Llego la noche, nos vimos, la pasamos de maravilla. No creo, que haga falta que explique lo que vino después, ja… todos sabemos de que se trata. Después, nos empezamos a ver con más frecuencia, hasta que nos fuimos a vivir juntos. Todo esto, fue más o menos en dos meses. ¡Que la pario, cuanta pasión!
El tipo hablaba como loro, solo paraba unos segundos para zamparse una cerveza y seguía. Pero lo que contaba estaba interesante, así que seguí  escuchando con atención. Quizás algo de eso me sirviera para una historia. Pero sorpresivamente el tipo dejo de hablar, todos se preguntaron que sucedió. Uno intrigadísimo, le preguntó que le había pasado y este contesto que no podía continuar, porque se encontraba profundamente conmovido y ya la había comenzado a extrañar a su mujer. Así que no quiso hablar más y salió corriendo del club, gritando el nombre de esta mujer.  
Por un momento me lamente, porque el relato venía tomando su cauce. Ya estaba imaginando posibles escenarios para mi historia, pero bueh… Por el fondo, mientras terminaba de lamentarme; otro, como sobrando la situación, levanto su mano y pidió la palabra.
Esta historia que voy a contar, esta un poco desordenada. No soy un gran contador pero como se que a este hombre, le gusta escuchar para luego escribir, voy hacer un esfuerzo. Una vez  cuando era pibe, me puse a leer “El Quijote” pero me aburrió demasiado y lo dejé a la tercer pagina, después me puse a leer “La Divina Comedia” y lo dejé en el prologo. Mi familia era demasiado insistente con que lea literatura, pero a mi eso me rompía las pelotas. También probé con “El Facundo” y nada, no había libro que me sentara bien. Ni siquiera los escritores, considerados de poca monta. Nada.  El máximo contacto que tuve con la literatura, fue cuando me decidí por escribir una historia y venderla.
En seis semanas escribí una historia sobre mi padre y comencé a llevarla a los lugares que yo consideraba literarios, pero me sacaban a patadas. Era muy malo escribiendo. Igualmente, pese a todos los rechazos, seguí  insistiendo y lleve esta historia a las editoriales, pero las respuestas eran duras. Nadie aceptaba, la historia porque decían que estaba mal escrita, desde todo punto de vista. Apenas comenzaban a leerla, me la devolvían inmediatamente. A pesar de esto, nunca me creí un fiasco en la escritura sino más bien, siempre me consideré un artistarado.
Mostré, igualmente,  mi historia a los más allegados y muchos me felicitaron por la expresión, que eso contenía. No me desanimo se que en algún momento, va a venir alguien y va a comprar mi historia. Se que algo de talento tiene que haber en esas ciento cincuenta paginas que escribí.
Me paré exaltado y no lo dejé continuar con su relato. Le dije que yo compraría su historia. Todo el mundo, en ese momento, quedó en silencio. Lo único que se escuchó fue la voz de este, que acepto dando un fuerte: ¡si! Como no tenia la historia encima, tuvimos que concretar un encuentro, para hacer el intercambio de la obra por la plata. El trato era que si yo compraba su historia, dejaba de ser de su autoría y podía hacer las modificaciones que quisiera. Este acepto, sin ninguna objeción, lo único que me pidió fue que no le diera el dinero en la mano. Me indico una cuenta de banco para que se lo depositase. También, me pareció bien y concretamos, estrechando nuestras manos.
Ambos, nos despedimos y quedamos que el encuentro, se hiciera por la noche, aquí en el club. Me fui, rápidamente a casa y busqué el dinero. Al principio pensé, le estoy por comprar algo a un tipo que fue rechazado de todos lados, porque escribe mal. Eso me dio un poco de temor, pero no me detuvo. Sabía que esto ya tendría un desarrollo, solo tendría que hacerle algunas modificaciones a mi gusto. Embolsé el dinero y me fui, para el banco. Realice el depósito y le avise por teléfono que ya estaba hecho el pago. Este me dio las gracias, por haber creído en su obra, nos saludamos y quedamos en vernos a la noche en el club.
Ya a pocos minutos de irme para el encuentro, que yo consideraba como mi salvación literaria, sonó el teléfono.
–Hola ¿quién habla? – dije algo apurado
–Si, soy yo. Te pido disculpas, pero no voy a poder verte porque mi madre sufrió un infarto y me estoy yendo a verla a Córdoba. El micro sale en una hora.
– ¿Qué?  ¿Y la obra?
–Quédate tranquilo, que ya pase por el club y se la deje a uno de los muchachos. La envolví en papel madera para que no se ensucie.
– ¿A quién se la dejaste?
–Tenes que preguntar por “gurrumin”, él la tiene. Ya sabe que vas a ir, por eso. Bueno, tengo que colgar, porque se me va el micro. Cuando regrese me contas como te fue.
– Bueno Adiós. Saludos a tu madre y que se recupere – dije lamentando la situación.
Apenas corte, salí de inmediato para el club. Pregunté por “Gurrumin” y me indicaron donde estaba. Me acerqué allí y sin que dijera nada, me dijo:
–Vos, venís por la historia ¿no?
–Sí, vos debes ser  “gurrumin”
–Si pibe, el mismo. Toma, acá tenes – soltó con mal humor

Abrí el paquete, que parecía gordo. Imaginaba un relato enorme y cuando terminé de quitarle todo el papel, me encontré con un pilón de hojas en blanco y con la primera hoja, que decía:
Mi padre siempre dijo, que en la vida solo se salva el que es vivo.
Firma, el artistarado 

lunes, 4 de junio de 2012

La vecina


Golpearon la puerta de mi casa a los gritos. Cuando abrí, para lanzar una puteada a este loco de los golpes, me encontré con mi vecina, desesperada, que  buscaba a su hijo. Hacía más de dos horas que no volvía a su casa. A pesar de toda mi repulsión para con ella, en ese momento me puse en sus zapatos y decidí ayudarla. En verdad se veía mal. Ambos, entonces, empezamos a pensar, donde podría estar su hijo.  Caminamos por el vecindario, preguntando a los vecinos y a sus amigos, si no lo habían visto y lo más cercano que nos dijeron, fue que lo habían visto por la zona donde paran los transas[1]. Esto nos lo dijo un amigo que había estado a primera mañana con él, porque se habían rateado del colegio. Mi vecina, al escuchar esto, contrajo su cuerpo y comenzó a temblar, casi paralizada por lo que había escuchado. Al principio, me costo bastante que se calmara, pero no tuve más remedio que abrazarla y darle unas palabras alentadoras.
El niño estaba perdido y su padre sabía de esto pero seguía liquidando su sueldo en el bar. Su madre, abatida por la situación, había golpeado mi puerta y ya no, para pedirme que dejara de hacer ruido cuando llevaba chicas a mi departamento. La situación se consignaba bastante calamitosa, estaba en el medio de un quilombo que no podía mirar de reojo. Lo único que se me ocurría hasta el momento, era que ese chico estaba secuestrado. Pero no me animaba a decirle esto a la madre, porque seria el mentor de una muerte, no deseada en este momento. La cosa no estaba, para agregar cosas más turbias. Entre tanto dolor de cabeza, por todo lo que habíamos caminado bajo el sol, acompañé a mi vecina hasta la casa y cuando logre que se estabilizara, me fui para el bar “El gran sorbo”. Me senté despavorido, sabía que tenia que ayudar a esa señora a encontrar a su hijo, era todo lo que le quedaba; - pobre mujer, la puta madre – dije, golpeando la mesa. El mozo, que casi era como un hermano, me vio un poco ofuscado y se sentó conmigo…
- mmmm, vos no sos así, Hermindo ¿Qué te pasa? – preguntó el mozo, sirviéndose un chorro de soda.
- Vos podes creer, que hoy me levanté temprano para ir a comprar el diario y me empezaron a golpear la puerta desesperadamente. ¡Me pegue un cagazo terrible! Cuando abrí, me encontré a mi vecina envuelta en llantos, preguntándome sino había visto a su hijo. No sabía como contener a esa mujer, mira que la detesto pero verla así me hizo mierda.
- ¿Y que pensas hacer?
- La estoy tratando de ayudar a buscar a su hijo. Recién la acompañe hasta su casa, esta destruida esa mujer.
- Tene cuidado. Vos, te metes en cada una
No entendía porque estaba metido en esto. Cuando el mozo me dijo así, se vinieron pensamientos inquietantes, es decir presentí que esto me podría llevar a un final de me vida, bastante horroroso. Hoy, en día en el mundo en que vivimos, uno no sabe con que loco se puede topar y más, si es verdad que a este chico lo vieron en el barrio de los transas. ¿Como entro ahí?
Fantásticamente estoy imaginado, posibles escenarios cuando inicie la búsqueda de este niño. Antes quiero aclarar, que esto me genera miedo y quizás sea a causa de ver muchas películas de cine noir.  Igualmente, no me quiero detener en esto. Tengo que pensar en reclutar gente pero el problema es, que las posibilidades de acompañantes que se me presentan son pocas. En una época de mi juventud, cuando era bandolero tenía más amistades amantes de los líos. Ahora, la vida me hizo un ser estrecho y parco, poco apto para las aventuras.  Solo me relaciono con algún que otro vecino, que me deja las correspondencias que recibe por equivocación.
Y Todavía sigo sin entender porque estoy en todo esto, solo lo vi dos veces en la vida a este chico y en una de ellas, el maleducado, cuando lo salude me mando al carajo. Bueno, igual me cae mejor que esa vieja mal atendida de su madre. Pero ¡basta! No es momento de hablar mal de la vieja, ahora hay algo que urge. En ese momento, mientras trataba de dejar de lado pensamientos nefastos para con mi vecina, se me ocurrió, buscar en internet una banda que pueda ayudarme a hacer este trabajo pesado. Me senté en la computadora, la cual se encontraba en estado de reposo, moví el cursor y establecí la sesión que dejé. Cuando se me abrió la ventana para navegar en internet, en la barra de búsqueda, figuraba escrito: “tetas”. Pensé, cuando busqué esto, bueh, no importa…proseguí, entonces y puse en el buscador: “Banda de matones por encargo” y enseguida me figuraron varias opciones. Miré varias de las opciones y me decidí por una que se hacía llamar: “vicas pato”. Llamé en ese momento y del otro lado me contestó una voz áspera y bastante maltratada:
-Vicas pato, buenos días
- Buenos días, necesito saber que precios manejan
- y depende de lo que quiera…nosotros los servicios a los que nos dedicamos son: Asesinatos, golpizas y torturas.
- Principalmente, lo que quisiera contratar es un servicio de golpiza
- Ningún problema ¿Cuál fue el inconveniente?
- Un chico secuestrado
- El arancel por estos servicios, aproximadamente le va a costar, alrededor de 4000 pesos. Igualmente, quédese tranquilo que le damos una boleta, por si tiene que hacer algún reclamo.
Hacemos esto, porque tenemos mucha seguridad de lo que ofrecemos pero siempre algo puede salir mal, ¿no?
Solté una sonrisa entre dientes y concreté los servicios. Inmediatamente arreglamos un horario y un punto de encuentro para iniciar el trabajo. Yo también estaba decidido a participar de esta operación. Quedamos, pues, encontrarnos en la estación de servicio que se encontraba a diez cuadras de casa, en media hora; las referencias para el encuentro eran, que yo iría vestido de negro y una bufanda gris y azul y  el que comandaba el grupo, iba a estar con una gorra estilo guerrillera y un ramo de rosas en la mano . A la media hora, entonces, allí estaba yo como habíamos pactado y cinco minutos después, llegó este tipo. Le comenté como venia la mano, más o menos le dije; que era un chico de estatura media, creo que ojos negros, según lo que me dijo la madre, unos pantalones de gimnasia con rodilleras marrones y el guardapolvo. Luego de la breve descripción, agregue que yo también quería estar en la búsqueda y participar. Al tipo, cuando dije esto, mucho no le gusto pero asintió. Me dejó una tarjeta, que decía “Vicas patos”, un horario y un día, cuando termine de ver esto, al principio no entendí demasiado. Quise preguntar de qué se trataba esto, pero este se levanto y se fue al baño, espere un rato hasta que volviese, pero nada de eso paso. De modo que tuve que ir a buscarlo al baño, quizás le pasó algo, pensé. Pero no todo lo contrario, en ese baño no había nadie, así que no me quedo más remedio que esperar y hacer lo que indicaba la tarjeta.
Mire la tarjeta nuevamente, el día era mañana a las diez de la mañana. La ansiedad me subía por todos lados, pero mi vecina de esto no debía enterarse, porque iba a querer venir. Cuando volví a casa trate de hacer el menor ruido posible para entrar. Ya cerrando, dando la última vuelta de llave, siento que me golpean la puerta. Abrí con mi mejor cara de despistado; era mi vecina, por supuesto, que venía a consultarme si tenía novedades. Disimule lo más que pude y zafé, pero fue bastante duro, su cara daban ganas de llorar. La hice pasar, nos sentamos en la cocina y le ofrecí un trago de vino, pero solo quiso agua. Tuvimos un dialogo bastante espaciado y esto hizo que se fuera, mejor dicho, logré que se vaya sin hacer ningún tipo de averiguación extraña. La acompañe hasta la puerta y le dije que si tenía novedades le avisaría. A punto de abrirle la puerta, ella, se abalanzo sobre mí y me abrazo llorando, trate de contenerla y mientras le decía algunas palabras, a esta se le ocurrió mirar para la mesada donde yo dejo los papeles y correspondencias, y vio la tarjeta de “Vicas Patos”. Me preguntó qué era eso y en medio de un tartamudeo, le conteste que era una tarjeta que se había olvidado un amigo. No sé cómo me creyó y se fue.
Con la tarjeta como nuevo mapa a seguir, encaré para donde esta indicaba. Llegué cinco minutos antes de la hora que decía, pero al parecer estos ya estaban ahí desde antes que yo. Se acercó esta especie de líder hacia donde estaba y por lo bajo, me dijo:
- Te estaba esperando. Llegaste temprano.
- Si, lo que pasa que estoy bastante ansioso, quiero encontrar ya a ese chico. Su madre, no puede más.
- Este va a ser el plan: vamos a ir a ese lugar pero vos no vas a entrar, porque no podemos poner en riego tu vida ¡Sabes el agujero que nos comemos! Entonces vas a venir con nosotros, pero te vas a quedar adentro de la camioneta con el conductor ¿estamos? Sino no hay trato.
- Perfecto
Fuimos entonces camino hacia el barrio de los transas.
Continuara…


[1] Persona que comercia y provee drogas 

Una fuerza extraña


Épocas difíciles siempre se aproximaron, despertando temores y alborotando toda una profunda tarea lograda desde un poder que ya se dio a conocer y es una constante. Hoy todos sabemos con mayor cantidad de detalles que la sociedad convive desde tiempos lejanos con una vorágine extrovertida, que no se cansa de infundir fracasos e ilusiones de pleno goce si no cumplimos nuestro deber como ser social; eso implica que nuestras predicas no infieran y perturben el honrado código civil. El propósito es mantener una suerte de buenas acciones con la comunidad que quizás es la que provoca ¿inconscientemente? síntomas de una brutal pérdida de identidad y sentido por nuestra condición como seres humanos.
Algunas cuestiones quizás ya no se combatan y ni si quiera se resistan porque ya formaron parte del sentido común, es lo más probable, pero una cosa si hay que tener presente frente a tanta imposición y es nuestra condición como seres que pueden renovar la ¿cultura? Gran parte de la conciliación en esta sociedad pasa por la cultura (si no es toda) por lo tanto habría que intervenir y  hurgar el por qué de las muchas reducidas (si se me permite el oxímoron[1]) interpretaciones que han logrado que canonicemos para formar parte del no se qué social.          


[1]  Oxímoron: Figura retorica que indica una paradoja, un absurdo. 

DR SANATA

Acciones pulcras muy compaginadas
lo turbio fluye y no quiere ceder
su historia cuenta heroicas victorias
el tiempo pasa y el cuento es al revés

Confiados, vamos al mundo nuevo
pero es al margen donde se te ve bien
los caramelos de gustos malvados
son los que venden para verte caer

cabezas frescas
muy predispuestos a obedecer
besan la frente no es pura chanza
siempre sanatas van a sonar