jueves, 9 de mayo de 2013

Los tickets a la egolatría


"Un animal que sabía hablar dijo: " El humanitarismo es un prejuicio del que los animales, afortunadamente, nos vemos libres"
Friedrich Nietzsche


Enferman mentes de depresión, asumiendo los furcios como verdaderos y asombrosos honores.
Aquel contrera anda diciendo las vigilanteadas más nefastas, pero con tono de revelación. No queremos desapegarnos de su lado porque en la vida de hoy, todo marcha en rieles saludables. Nada se contraria. Siempre estamos en el mismo lugar pero es mejor creerse cerca de la parafernalia, para no pensar en el horror.
Los capitanes saben como fingir diplomacia cuando llega el momento de ubicarse dentro de la sala ególatra. Hacen gestos condescendientes y el gran ganado de la ciudad compra los tickets de la velocidad. Con el culo dispuesto para cualquier servidor, besan su mano que luce pulcritud. Luego, este, le dice dos palabras al oído y logra que el gran ganado moje sus pantalones. Justifican a los idiotas como sabios de la libertad, sintiendo impecable su proceder.
En el bar "charlatan", derraman alcohol en sus camisas, haciendo ademanes que distorsionan cualquiera de las manifestaciones donde dicen envolverse. Las amantes de hombres con nariz roja, aplauden, arden por dentro y a veces entran en estado adrenalinico, si se pone histérico. Ríen de las vanguardias pero las consumen cuando el tiempo (o la moda) las adhiere para estar un pasito más allá ¡soy diferente!
  

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