viernes, 7 de septiembre de 2012

Los diferentes en boca de "la gente"

Entrevista a Norma (encargada)

La entrevistada va empezar indicando la diferencia entre los chicos que estudian y los que no, pone como ejemplo a los entrevistadores, pero también indica que sus hijos son como los entrevistadores, de buena formación. El terreno divide las aguas en un nosotros los formados y los otros los de la calle, es trivial esto porque los de la calle, estaría marcando esta mujer, son los que se drogan, toman alcohol, roban y destruyen lo que la gente de allí mejora.
-En si el barrio es tranqui. Hay problemas como en todos lados. No sé. Ustedes son diferentes. Hay chicos que no estudian y se ve de todo en la calle. Yo tengo hijos como ustedes también, con buena formación. Los de la calle que se interesa por otras cosas tienen otras formaciones. Ustedes me entienden lo que les quiero decir. Mi hijo antes era adolescente y ahora es electrónico, programador de sistemas. Lo traía desde Urquiza acá para que viera al padre. Miren acá. Ni los apliques están tranquilos. Se roban todo. No queda nada. Vos mejoras algo y te lo rompen. Son los que están habitué. Los que chupan acá enfrente, vienen acá drogados.
Aquí se me ocurre luego de este fragmento de entrevista, la posibilidad que existe en la sociedad de hacer una interpretación desde las distintas posiciones de las personas, quiero decir la posibilidad de utilizar el concepto de comunidad imaginada que describe andersonAnderson. Los chicos de la calle existen porque se pueden imaginar, Anderson va a decir de alguna manera cualquier grupo es construido como comunidad imaginada para que exista como grupo.
Siguiendo con esta  línea de diferenciamiento entre grupos, podemos agregar que Norma, va a marcar nuevamente otro dualismo pero esta vez entre la hinchada de chacarita y la de Argentinos junior. Aquí otra vez se hará presente el par que describía Sarmiento en su libro, Facundo, me refiero a Civilización y barbarie;
-La época de chacarita era tremenda. Rompían toda la cuadra. Venia chacarita y directamente todo el barrio estaba en pánico. Nos metíamos todos adentro y no salíamos. Cuando juega Argentinos juniors es muy tranqui y estamos protegidos porque hay doble vallado. Está lleno de policías. El problema es cuando viene la gente de afuera. Rompen todo. No sé por qué. Los de chacarita encima que les prestaban la cancha destrizaban toda la cuadra.
Estas declaraciones me remontan un poco a la época de la inmigración que se dio en el país a principios del siglo xx, también me hace pensar en la figura del anarquismo y su representación amenazante para la identidad nacional y la armonía de la patria. Quiero decir la presencia de un otro pertubador que hace que la gente se atemorice y piense lo peor. En este caso Norma, en sus declaraciones consigna a la hinchada de chacarita como la figura perturbadora que llega al barrio para arrasar con la tranquilidad. Es la amenaza, esta gente que para ella no está dentro de la formación de un ser racional, casi diría como que más que una hinchada esta gente seria un grupo terrorista, para imponer ese temor. Es importante resaltar que la entrevistada describe que cuando juega Argentinos juniors, la zona permanece en tranquilidad, casi que esta describiendo que hay un grupo que pertenece al bien y otro al mal.
“Aquí, barbarie es impunidad, tortura, exclusión, violencia social, económica y estatal…”[1]
Otro detalle importante a destacar es la diferencia que establece la entrevistada, cuando habla del antes y el después que hubo cuando se finalizo el estadio. Primero destaca que cuando el estadio estaba en construcción, la gente lo utilizaba para dormir y quedarse allí, pero remarcaba que la gente que se ponía ahí no eran familias sino drogadictos y ladrones. El cambio para ella se produjo cuando se finalizo el estadio porque a partir de ese momento se podía saber quienes ingresaban, ya no había más posibilidades de utilizarlo como refugio, solo van los que pueden pagar una entrada para ingresar.
-La cancha en si no tendría que haber estado acá. Se hizo después. Cuando estaba la otra cancha no era lo mismo porque no estaba en uso. Ahora lo bueno que tiene es que el gobierno de la ciudad hiciera un colegio. Es un gran progreso. Ahí en la otra cancha había de todo. Venían de la morguera a buscar ahí adentro. No te imaginas. Ni familias eran, todos los desocupados de acá, esos drogadictos que estaban ahí, todos robaban. Venían de todos lados, era un refugio la cancha, muy triste. Es mejor ahora que antes. Ahora sabemos quienes vienen, antes te venían de General paz corriendo con todos los policías…”
En conclusión, Los otros los drogadictos junto con la hinchada de chacarita, despiertan temor hacia la gente que está dentro de sus cabales e intenta hacer algo por sus vidas. Con respecto a lo que comentaba la entrevistada en el párrafo anterior, del cambio que se produjo en el barrio cuando se termino el estadio, lo que más me intriga ahora es saber si realmente saben que gente es la que va.


[1] Baigorria, Osvaldo y Mónica Swarinsky (2009), La máquina de trazar fronteras, en Martini, Stella y Marcelo Pereyra: La irrupción del delito en la vida cotidiana, Buenos Aires, Biblos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario