sábado, 4 de agosto de 2012

¿Se podrá descargar la felicidad por internet?


En este atolladero algunos cerebros se cavilan en tormentos, tales como: la vida. Las percepciones se escapan de las manos, esas sensaciones parecen inmanejables. El mundo se desarrolla muy rápido, el sistema nervioso se altera. Nadie escucha a nadie, las voces se pierden en superficialidades extremadamente: ¡Idiotas! Parece un encierro difícil de evadir, pero repentinamente esto va estallar y ahí, recién, torceremos la cabeza para ver un poco para atrás. Mientras tanto, que todo siga su curso de manera normal - ¿en quién vas a depositar las creencias? – la evolución se comió al humano.

¿Se podrá descargar la felicidad por internet? En estos tiempos de fácil aburrimiento y ansiedad, la corriente se comprime farmacológicamente. Mil quinientos discos, para escuchar dos temas sin darle la oportunidad a la obra entera. Diez mil temporadas de series descartables, para pasar el tiempo. Todo está al alcance de la mano, se acotaron los esfuerzos. Las reuniones sociabilizadas desde un vidrio inter espacial, que nos da la posibilidad de ahorrarnos el desgaste de energías en las cuerdas vocales.

El exceso cooptado por la industria, nos disfrazó ídolos que buscaron la autodestrucción, tan solo porque es la actitud que hay que tener para ser de la escena. La noche colapsada de seres que se autodestruyen sin razón, respetando a rajatablas lo que indican algunas revistas snobs. Discursos potenciando placeres, completamente innecesarios para la expresión. Y ahí andamos, por la senda de las normativas que ultrajaron el espíritu de aquellos que quisieron profundizar en algo distinto. Soldados, al fin y al cabo, de las tropas equivocadas. Voceros de incompetentes, que lo único que quieren es maniatarnos.

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