El inicio en la literatura se da a raíz de buscar un micro
clima donde se pudiera planificar la vida desde puntos poco usuales. Mi interés
está centrado en poder crear historias que se plasmen en lugares que se van
dejando de lado. No creo que la escritura tenga, específicamente, una
profesionalización que indique estrategias para escribir una buena historia. No
creo que en la universidad este la creatividad, me parece mejor buscarla en la
calle y escuchar a la gente que habla a nuestros alrededores.
Esta forma de expresar es una herramienta de comunicación
muy importante. En cada trabajo que emprendo busco marcar pautas claves, que
pongan en claro que este es otro mundo. Hay muchas formas de canalizar la
expresión, pero esta es una muy particular por el ejercicio que nos plantea a
los lectores y escritores. Me inicie escribiendo a los 14 años en un cuaderno
con tapa naranja, pero no lo encare como un diario de mis días, sino que lo
llevaba conmigo y escribía frases que encontraba en las paredes. Ensayaba relatos
cortos o alguna poesía.
Entiendo este camino como una ruta a la libertad, bah, al
menos intento crear personajes que se estén interrogando por el por qué de la
vida misma. Que se cuestionen la profundidad o mejor dicho, la importancia de
la conciencia social frente a determinados momentos que se presentan en las
historias. Intento desarrollar diálogos que no se alejen de una situación
cotidiana para lograr una interpelación más certera. Igualmente nada es seguro.
Puede funcionar o no.
Más allá de lo pornográfica que se está volviendo o se ha
vuelto la vida en este capitalismo, donde todo es una exhibición de lo más
horrorosa, busco ese micro clima en esta forma de hablar.
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