-Oiga usted, perverso mal insano testaferro de la mentira.
Permítame insinuarle que su puesta en escena ha sido contraatacada por un
grupo, que para usted créame, son unos barbaros perdidos en los peores
suburbios, abrazados a las drogas más pesadas.
Quizás esta sea una primera aproximación a la provocación
que soterrada, intenta la purificación de esta gran puta que no se entrega así
nomas. En este caso la ramera te da dinero para que entregues las armas. Sus
encantos son tan certeros que se termina metiendo la mano en el bolsillo, para
dar un grito precoz.
Finalmente besas los labios más perversos, más pasionales y
ahora este metejón genera la caravana de fieles creídos que piensan lograr
conquistarla. Detrás del murmullo de esta gran mujer que prostituye la ilusión,
buscando distraer el compromiso en cualquier zaguán, reparte dinero para quien
quiera dejarse zampar, los únicos requisitos son, tener predisposición para el
juego sexual, disponibilidad horaria y una gran cuota de diplomacia para saber
tratarla y que no se enfade, sino no hay cotoneo.
Melosos predispuestos a entregar su vida entera para morirse
tranquilos, bajo los ribetes del placer de haber complacido su necesidad de ser
subyugado.
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