La causa se encauza y pierde razón de ser por fenómenos que
ningún transeúnte me sabe explicar, pero que igual se adhiere sin poner
objeción a todo lo que ve. Seguimos viviendo la época de hablar por hablar y no
dudar. Lo más sencillo es estar sentado frente a un televisor o repasar un poco
los diarios matutinos de los fines de semana y decir: “este país está lleno de
negros de mierda que lo único que saben hacer es vaguear”. Entonces me digo que
encubiertamente se siguen y cada vez más, pergeñando discursos fachistoides que
no van a ningún lado, tan solo a seguir mostrando perfiles retrógrados y
penosos.
Realmente no sé cuantos hechos históricos más hacen falta
para que la sociedad de un giro discursivo e ideológico, ya tendría que ir
acabándose la derecha por ignorancia y darse cuenta lo contraproducente que es
la no critica, porque a la larga seguimos sin recordar casos como los de Kosteki
y Santillan o Fuentealba, no podemos olvidar hechos como estos porque fueron a
causa de brutales represiones. El ensañamiento contra una idea que lo único que
intenta es el cambio y la igualdad dice mucho de esa persona, por lo tanto
tenemos que saber que los fachoargentinos cada vez son más.
Ejemplos a grandes rasgos:
A principios del
siglo XX, la persecución estaba muy marcada en atrapar y sacar del país a los
anarquistas y extranjeros que eran considerados una amenaza para la “armonía
nacional”. Una de las grandes leyes que marcó esta parte de la historia es la
conocida ley 4144 (ley de residencia) que habilitaba a las autoridades del
momento a sacar del país a todo aquel que se interpusiera a la paz nacional.
Esta supuesta paz nacional de la cual se hablaba eran las de los gobiernos de
facto, primero encabezado por José Feliz Uriburu y después por Justo. Pero la
historia argentina todavía tiene más para contarnos y dejarnos en claro cuáles
fueron las ideologías predominantes en cada época. Entonces ahora vamos un poco
más para atrás y nos encontramos en 1880 con los principios de un fascismo criollo
que iba en avanzada y aquí estamos hablando de la famosa campaña al desierto
que se cargó a los mal llamados indios de cultura mapuche y tehuelche, para
ejercer el dominio de esas tierras, que hasta el momento eran pertenencia
natural de los aborígenes.
Violencia y más violencia que nos demuestra cómo se fue y se
va construyendo la historia Argentina, que está plagada de hechos sangrientos y
todo supuestamente en honor al progreso de la nación. Trayendo un poco a
colación a Marx podemos seguir su análisis diciendo sus palabras, las cuales
decían: “El capitalismo fue escrito con sangre”, a lo que yo agregaría tomando
un termino de él, y con plusvalía. La cultura es un terreno difícil de desandar
y está claro que es una lucha por el sentido del mundo, la batalla esta puesta
a través de las ideas y me parece propicio no callar nunca a las palabras.
A modo de cierre, a continuación voy a transcribir una prosa
que me gusta mucho, que pertenece a un gran escritor, llamado Eduardo Galeano:
El miedo
Una mañana, nos
regalaron un conejo de Indias.
Llegó a casa
enjaulado. Al mediodía, le abrí la puerta de la jaula.
Volví a casa al
anochecer y lo encontré tal como lo había dejado: jaula adentro, pegado a los
barrotes, temblando del susto a la libertad
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