lunes, 9 de junio de 2014

Mismo idioma, votos, tickets y aplausos


En las idas y venidas de pasos volátiles,
la entrada se carga el lunfardo.
Infinidad de veces, voces genuflexas
tildaron la estética como demoníaca.
Hoy, bajo el llanto de precoces
subordinados a platos recalentados,
mordiendo con gusto la aspereza:
agrios sabores para reventar el parlante.
Sin dogmas, corriendo detrás del monigote
parlando un idioma turbulento.
Ocultando giros, bien saben a que apuntan; 
sombras siniestras de un film con buen porte
no sorprende. Redundancia.
Pura elegancia y clap clap.
 

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