Las canciones de cumbia
movían nuestras juntadas.
Damas gratis va a tocar,
decía el parlante.
En las plazas vimos las pastillas:
verdes, rojas y blancas.
Todas mezcladas en el florero.
El hemisferio de la juventud era puro ademan
de esa valentía, que se hace agonía al crecer.
Fuimos ese rock de las esquinas.
Las cintas rebobinadas con lapicera
para escuchar al Indio Solari.
¿Quién no creyó en oktubre?
Los brotes interbarriales,
escenarios medievales
y todas las escaramuzas
a puro botellazo limpio.
Guerreros a ultranza,
pululando el azar de vivir.
Cuando se abrieron las fronteras
vino gente con mucho que enseñar.
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