El tema de la inseguridad se ha instalado como un fenómeno amenazante y
disruptivo para el manejo de una sociedad. Todo político que se quiera
enfrentar a tomar las riendas de este país no puede perder de vista la
preponderancia de este tema, porque se lo van a estar recordando tanto la gente
como los medios de comunicación que no adhieran demasiado a sus políticas de
conducción. Esta noción de amenaza por Otro desconocido va a cobrar vida,
primero desde los medios de comunicación y luego por la circulación que eso
tenga desde los consumidores de esos medios. Cabe aclarar, igual, que esto no
implica que el televidente sea anestesiado o puesto a los órdenes de la
pantalla catódica, pero sí y de eso no va a ser muy fácil escapar, va a formar
parte de un grupo selector de lo que va a escuchar y de lo que va a elegir como
tema importante en su vida.
La construcción de un ser amenazante va a poder ser posible mediante las
tipificaciones que imponga ese medio o grupo de medios, sobre la persona que va
a ser propensa a delinquir o desregular la armonía. Esto significa que para que
sea loable el objeto informativo del cual se va a hacer hincapié es preciso que
comprenda una serie de características que van a terminar de cerrarse por el
televidente, cuando hable de estos temas en cualquier ámbito de su vida
cotidiana. Pues entonces este tipo de interpretación mentada en la división de
lo que sería la civilización y la barbarie, asume un rol central a la hora de
las interrelaciones de las personas, porque hay una moral previa construida
desde el manejo y manipulación de prejuicios que se fabrican desde el medio o
el discurso.
“Son interpretaciones ancladas en
matrices culturales cuyos orígenes cruzan los planos de la tradición y la
modernidad, la religión y la ley, los de la historia y las memorias sociales,
cuyos recorridos se organizan durante la constitución del estado liberal
moderno y el aporte de la primera criminología. Sus sentidos, relacionados con
los diferentes momentos de nuestra historia política, se construyeron y siguen
construyendo desviando la discusión de problemas estructurales, resumiendo en
el delito todas las violencias y simplificando la cuestión con la vieja fórmula
del mal contra el bien. Triunfando en la lucha moderna sobre el sentido del
orden y la ley en las sociedades liberal, la explicación facilista sobre
causas, efectos y políticas de y sobre el delito y sus relaciones con la
sociedad responde brevemente al antagonismo civilización y barbarie”.
La mediación de la inseguridad desde el discurso que lo informa lo puede
traer a la realidad de diferentes maneras. Lo que sucede con este tema es que
tiene un fuerte componente para las personas que habitan este país: todos han
vivido un episodio de robo. El tema, y esto me parece el punto central, siempre
va a ser cual es el grado de amenaza o consecuencia que ese hecho va a tener
¿el grado de violencia con el cual se ejercen este tipo de acciones, se condice
con el discurso mediático? ¿El mayor índice de homicidios es por el delito a la
propiedad? Este tipo de interrogantes se van a poner en juego, porque son temas que nunca hay que
dejar de preguntarse cuando se trata de información que se produce por gente
que esta cumpliendo con una tarea y no puede abstraerse de los planos de la
subjetividad. Al principio del párrafo nombré un concepto como el de mediación
y esto es central cuando se trata de la mediatización de un tema en la
sociedad. El discurso que se va a
producir desde un medio va estar materializado desde la mediación que trabaje
para formarlo, esto significa que este proceso es ideológico y forma una
inteligibilidad del mundo, anclando la producción y los efectos de sentido de
forma histórica y cultural, pautando una configuración de los sistemas a
interpretar. Entonces la inseguridad se convertiría en una definición producida
por distintos actores, con distintas intenciones informativas.
Desde el punto en el que hablamos de una estructura ideológica, quien
ejecute ese discurso no va a quedar libre del acento valotarivo que le va
otorgar a ese tema. El orden de prioridades, personajes y acciones, como dije
anteriormente, van a estar mediados para luego convertirse en un objeto
interpretante dentro de los discursos sociales y así ser mediatizado para
formar parte de una agenda informativa.
Agenda setting
Continuando con un compendio de diferentes maneras de crear un objeto
comunicativo, ahora vamos poner énfasis en el término de agenda de noticias(o
agenda setting). El consumidor de medios a raíz de lo que nos infiere la
hipótesis de la agenda setting, según el texto de Mauro Wolf, hay una tendencia
a incluir, excluir, enfatizar o pasar por alto, lo que los medios de comunicación
incluyen o excluyen de lo que se considera como contenido informativo. De esta
manera la prensa pueda llegar a conseguir no el dominio de la verdad pero si de
que temas puede hablar el lector o televidente, en sus días cotidianos. En una
primera aproximación a esto podemos decir que logran liderar el conocimiento y
la representación de ese conocimiento en la realidad social. Dentro de esta
lógica podemos mencionar que: se estaría operando sobre el nivel cognoscitivo
en las fases de producción y los criterios de importancia que estos temas deben
tener, cuando son absorbidos y se hacen propios.
El término de inseguridad esta construido como un mito y para el sentido
común, es tal como se lo vienen desarrollando a lo largo de la historia: roban
los pobres, los drogadictos, etc. ¿Cómo es la inseguridad? Violenta, marginada
de los políticos y cada vez va más en aumento. Con el término mito me refiero a
un concepto que desarrolla Roland Barthes en su libro Mitologías: y va a poner en cuestión al mito como un robo en el
lenguaje. Esto me parece importante porque la palabra inseguridad tiene una
carga y viene interpelada a fuerza de un robo que coloniza el sentido
común y nos propone pensarla, por
ejemplo, desde las imágenes que describí
anteriormente. El término, entonces, fue apoderado por una estructura
ideológica que a través de la naturalización y la incorporación de significado
le dio un valor propiamente posible dentro de su mito.
“¿Que es lo especifico del mito? Es
transformar un sentido en forma. Dicho de otro modo, el mito es siempre un robo
de lenguaje”, dice
Barthes.
Este tipo de operaciones siempre van a estar vigentes dentro de la
cultura porque es el terreno donde se va a disputar la obtención de la
significación y la construcción del sentido. En este tipo de disputas Antonio
Gramsci, dejó muy en claro cual es el predominio que la derecha realizo cuando
Italia vivía en un marco totalitario, como fue el fascismo de Benito Mussolini.
La apropiación del sentido, va a decir Gramsci, es una violencia simbólica
donde no va a intervenir la violencia física sino que lo que va a prevalecer en
esta forma de dominación va a ser la apropiación del terreno de la conciencia:
a eso lo va a llamar o identificar como “hegemonía”.
Llevando este marco teórico a la mediatización de los temas informativos
en la sociedad, podemos encontrarle un lugar significativo a la inseguridad.
Pues, la irrupción del miedo y el descreimiento entre las personas, a raíz de
este tema no van a cumplir una función inocente y de alerta, sino que va a
formar parte de una estrategia comunicacional para traer consigo una nueva
forma de imponer la ley y el orden. Con esto podemos reconocer algunos
conceptos que hasta hace muy poco fueron materia de discusión en los medios de
comunicación argentinos: pena de muerte o la construcción de muros que separen
la zona urbana de los barrios carenciados, como se supo hacer en Tigre de la
mano de Sergio Massa.
Para cerrar cabe destacar que más allá de que los ciudadanos forman
parte una sociedad informada y utilizan esa arma para poder protestar o
reclamar por el ajuste de ciertas cosas, hay un punto de solución para el tema
de la inseguridad que no deja de coincidir con los provenientes de las líneas
de los medios: más cárceles y más policías. Las alternativas ni siquiera pueden
salirse del mundo mediado. Hay una repetición constante de esos ejes como
soluciones pero no se piensa en la profundidad de las situaciones o por qué se
llegó hasta acá, en tal caso. Los temas ya vienen resueltos desde el medio y
solo se espera que el ciudadano lo reproduzca para que pueda, entonces, liderar
lo que se conformaría como: las noticias y sus flamantes soluciones.
De esto no quedan atrás lo negocios paralelos que se pueden pergeñar a
raíz de esta “ola” de bárbaros que no te permiten salir a la calle: Alarmas,
barrios cerrados, contrataciones de seguros y cámaras de seguridad.
Bibliografía
- Stella Martini/ Marcelo Pereyra (2009), La irrupción del delito en la vida cotidiana. Relatos de la
comunicación política, Buenos Aires, Biblos.
- Roland Barthes (2003), Mitologías,
Buenos Aires, Siglo veintiuno.
- Mauro Wolf, La investigación de
la comunicación de masas. Crítica y perspectiva, Paidós, España 1987.